judíos incrédulos. Por eso no quisieron correr riesgos. De noche, enviaron a Pablo y Silas a Berea, unos ochenta kilómetros en dirección suroeste, sobre el camino de Grecia. Se hallaba fuera de la Vía Egnatia, el camino principal que habían seguido anteriormente, por lo que los creyentes deben haber pensado que estarían más seguros allí. Los de Berea reaccionaron de manera muy distinta. En lugar de rechazar el mensaje de Pablo, recibieron la Palabra con todo tipo de ansiedad, celo y entusiasmo. Más
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